Leucemia aguda

Las leucemias agudas son proliferaciones neoplásicas de células hematopoyéticas inmaduras cuya acumulación progresiva se acompaña de una disminución de la producción de las células sanguíneas normales (disminución de leucocitos, hematíes y plaquetas).

Dr. Carlos Panizo Santos Especialista en Hematología Colaborador Clínico. Servicio de Hematología y Hemoterapia CLINICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA

¿Qué son?

Las leucemias agudas son proliferaciones neoplásicas de células hematopoyéticas inmaduras cuya acumulación progresiva se acompaña de una disminución de la producción de las células sanguíneas normales (disminución de leucocitos, hematíes y plaquetas).

¿Cuáles son sus causas?

El origen de la enfermedad se desconoce, pero existen algunos factores asociados a su desarrollo: radiaciones, productos químicos, medicamentos, factores genéticos, virus, etc.

¿Cómo se clasifican?

Dentro de las leucemias agudas existen dos grandes grupos, dependiendo del tipo de célula que prolifera (leucemia linfoblástica si la célula neoplásica tiene un origen linfoide, o leucemia mieloblástica si la célula neoplásica es de origen mieloide). En cada uno de estos dos grandes grupos se diferencian varios subtipos de leucemias, con diferentes pronósticos entre ellos. La leucemia aguda linfoblástica es más frecuente en los niños que en los adultos. Sin embargo, las leucemias agudas mieloblásticas son más frecuentes conforme aumenta la edad.

¿Cuáles son sus síntomas?

Los síntomas de las leucemias agudas pueden derivarse de: La propia enfermedad: cansancio, debilidad, pérdida de peso, sudoración nocturna abundante... Derivados de la invasión de la médula ósea por las células neoplásicas o leucémicas: disminución de los hematíes, lo que produce anemia, desplazamiento de los leucocitos pudiéndose producir una mayor tendencia a sufrir infecciones y disminución de las plaquetas produciéndose hemorragias más o menos intensas. - Derivados de la invasión de las células leucémicas en otros órganos: dolor óseo espontáneo o a la presión (muy frecuente en los niños, llegándose a confundir en ocasiones con enfermedades reumáticas), ganglios aumentados de tamaño, hipertrofia de las encías, etc.

¿Cómo se diagnostican?

El diagnóstico de las leucemias agudas con frecuencia se sospecha por la sintomatología clínica (hemorragias, palidez intensa, infecciones, fiebre elevada...). La confirmación del diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre y punción de la médula ósea. Hoy en día resultan imprescindibles los análisis de citometría de flujo, citogenética y biología molecular para el diagnóstico exacto de cada uno de los subtipos de leucemia aguda.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento de las leucemias agudas sigue siendo hoy en día la quimioterapia. Los esquemas varían dependiendo del tipo de leucemia aguda. Asimismo, en el tratamiento juega un papel muy importante el trasplante de médula ósea, bien sea de tipo autólogo (del propio paciente) o alogénico (de un donante) en función de múltiples factores, debiéndose individualizar cada caso. Hoy en día se están desarrollando nuevos fármacos y nuevas estrategias terapéuticas, no sólo para destruir la célula neoplásica, sino también para inhibir su crecimiento, y favorecer su diferenciación. En este sentido podemos citar los derivados del ácido retinoico, los nuevos anticuerpos monoclonales unidos a quimioterapia o la terapia génica.

¿Cuál es su pronóstico?

Hasta hace no muchos años, la mortalidad de las leucemias agudas era muy alta en poco tiempo. Sin embargo, en el momento actual podemos llegar a hablar de curación en algunos tipos concretos de leucemia aguda. En otros muchos casos se ha conseguido aumentar notablemente la supervivencia.


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