Frases divertidas de niños

Frases divertidas de niños

Los niños son una fuente inagotable de frases únicas e ideas locas que te hacen troncharte de la risa.

Este año he descubierto que las vacaciones con niños tan pequeños pueden ser realmente agotadoras. Jorge, que ya tiene cuatro años, se lo ha pasado genial, y Ernesto, con un año recién cumplido, se ha adaptado muy bien y ha sido muy bueno. Pero, son niños, y los niños, niños son...

En definitiva, los padres podemos hacer que los hijos disfruten y lo pasen lo mejor posible, pero ello supone un desgaste enorme cuando tienes niños tan pequeños. Ahora entiendo aquello de: “necesito unas vacaciones para descansar de las vacaciones”.

Nosotros hemos estado en la playa, tanto en el norte como en el sur de España. Y, lejos de haber venido con algún kilo mas, lo que me ha pasado es que he perdido peso. Normal, por otra parte, ya que mi día a día consistía en: andar con la crema de sol en la mano corriendo detrás de ellos, evitar que entraran en el mar solos, intentar mantener al pequeño en la sombra, vigilarle para que uno no comiera arena mientras el otro lloraba porque había perdido una chancla… También hemos vivido un corte de digestión, un golpe de calor, varias caídas y un par de visitas al centro de salud. No está mal para unos días de vacaciones, ¿eh?

Vamos, que aquellas jornadas relajadas con libro y música frente al mar o charlando con amigos en la tumbona han quedado bastante atrás. Creo que en nuestras jornadas playeras no ha habido hueco para tumbarme con un refresco en la mano en ningún momento, ni siquiera para sentarme cinco minutos.

Confieso que, en ocasiones, he deseado volver al silencio de mi oficina, con el aire acondicionado, mi ordenador y ningún niño gritando (es que los míos vienen de serie con el volumen al máximo). Que queréis, ha sido mi primera experiencia de vacaciones con los dos niños y reconozco haberme agobiado un poquito.

Sin embargo, ahora que estoy de vuelta, sólo pienso en lo bien que lo hemos pasado saltando las olas, haciendo castillos de arena, dando los primeros pasos con Ernesto en la orilla del mar, las cenas viendo anochecer en la terraza del apartamento mientras contábamos los barcos en el horizonte, las risas con las ocurrencias de Jorge…


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