Síntomas en niños de diabetes y enfermedad celiaca

Síntomas de estas enfermedades en los niños

La diabetes y la enfermedad celiaca son dolencias que presentan una sintomatología específica. Si detectas algunos de los siguientes síntomas en tus hijos, no lo dudes: acude inmediatamente al pediatra.

Síntomas de diabetes y celiaquía en niños

Síntomas de la diabetes en niños: sed y pérdida de peso

Cuando Carlos y Rosa se fueron de acampada con su hijo Luis, de 11 años, advirtieron que éste tenía sed continuamente y orinaba cada poco rato. Como era verano, no le dieron mucha importancia. Algunas semanas después, Rosa comentó con Carlos que a su hijo toda la ropa le quedaba ancha. Al día siguiente, Rosa llevo a Luis al pediatra, que pidió un análisis de orina inmediatamente. La analítica reveló que la concentración de glucosa (azúcar) en la orina de Luis era casi seis veces superior a la normal. “

Es diabetes, dijo finalmente el médico, quien ordenó su ingreso en un centro hospitalario donde empezaron a administrarle insulina. El tipo de diabetes que padece Luis es la llamada diabetes juvenil. Afecta a uno de cada 600 niños y suele declararse antes de los 18 años.

El origen de la enfermedad está en un mal funcionamiento del páncreas, que no produce suficiente insulina, sustancia que permite al organismo asimilar los azúcares. Si la diabetes no se controla, la enfermedad acaba provocando lo que se conoce como coma diabético.

Una inyección diaria de insulina y un buen control de la enfermedad permiten al niño con diabetes llevar prácticamente una vida normal y sufrir el mínimo de efectos secundarios. Cualquier pérdida de peso en un niño que está creciendo merece atención inmediata, señala Aldo Alburquerque, médico de familia. Esta anomalía es una de las primeras señales de diabetes, junto con el aumento de la necesidad de beber y de comer, así como los frecuentes deseos de orinar.

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Síntomas de la enfermedad celiaca: crecimiento lento y diarreas 

Enfermedades infantiles: diabetes y celiaca

Eva Bueno estaba muy preocupada. Su hija Marisa, de 9 años, tenía una talla y peso menores de los que correspondían a su edad, parecía siempre apagada, se quejaba de dolores de tripa y tenía frecuentes diarreas. El pediatra le dijo que no se preocupara, que la niña tenía una ligera anemia pero que, por lo demás, todo parecía normal.

El complejo vitamínico que le recetó no produjo ninguna mejora. Al revés: a Eva le parecía que su hija empeoraba, por lo que la llevó a otro pediatra. Tras muchas preguntas y algunas pruebas médicas (entre ellas un análisis de sangre para detectar la presencia de un antígeno concreto), el diagnóstico fue de enfermedad celiaca. “

El culpable de todos los síntomas es el gluten, una proteína presente en cereales como el trigo, el centeno, la avena, la cebada, le dijo el médico. En el resto de las personas, el gluten se digiere como cualquier otra proteína o nutriente, y luego es absorbido por las vellosidades que recubren el intestino delgado. Pero en las personas con enfermedad celiaca, el gluten produce una reacción inflamatoria que acaba deteriorando dichas vellosidades. La consecuencia es que el intestino pierde su capacidad de absorción de nutrientes y aparece la desnutrición.

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El problema de la enfermedad celiaca es que hay muchos casos sin diagnosticar, bien porque los síntomas son leves o porque éstos se confunden con los de otras enfermedades. Aunque un gran porcentaje de casos se diagnostican en la infancia, el trastorno puede aparecer a cualquier edad. No hay más que un tratamiento: eliminar totalmente el gluten de la dieta. Si se sigue ese consejo, los síntomas desaparecen en pocas semanas y los daños intestinales remiten en pocos meses.

El problema es que muchísimos alimentos de la dieta diaria contienen gluten: •

- Cereales, harina, pan, galletas, pasteles, sémola, pastas, malta y bollos. •

 

- Quesos procesados, yogur con cereales, postres lácteos con harina. •

- Sopas y purés de sobre, sopas de lata.

- Productos procesados que contengan almidón, proteína vegetal hidrolizada, estabilizantes y/o sustitutivos de grasas. •

- Embutidos con harinas (mortadelas y otros).

Marisol Guisasola
Periodista especializada en salud


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