Enuresis infantil: las secuelas de la enuresis

¿Qué secuelas puede provocar en los niños una enuresis mal tratada?

Enuresis infantil: las secuelas de la enuresis

La enuresis es un trastorno tan típico en la población infantil que es muy fácil minusvalorarlo. Después de todo, ¿qué niño no se ha orinado en la cama en la etapa de abandono del pañal? Se suele confundir la enuresis con los episodios puntuales de “cama húmeda”, al no conocerse la edad y la frecuencia en que se puede diferenciar el mojar la cama algo normal de un problema real de enuresis; se considera que hay enuresis cuando el niño ha superado los 5 años de edad (en niñas, 5, en niños puede prolongarse hasta los 6) y ha habido incontinencia nocturna en 4 o más noches al mes. Saber identificar la enuresis a tiempo es vital para la eficacia del tratamiento, ya sea educacional, psicológico, farmacológico... y con ello evitar las posteriores secuelas que puede originar esta dolencia en el ámbito emocional y social del niño.

Las secuelas de la enuresis

Una enuresis que no se ha detectado a tiempo es más difícil de curar, de ello la importancia de no pensar que en todos los casos mojar la cama es algo normal y pasajero que siempre se curará con la edad. El problema ya no es sólo que la enuresis persista, sino que a medida que el niño se hace mayor y pasa de la infancia a la adolescencia este problema puede ocasionar diversas secuelas que, a su vez, dificultarán más aún su cura, además de afectarle negativamente en muchos otros ámbitos en una etapa crucial para la formación de la personalidad y el carácter.

Las secuelas de la enuresis en los niños

En los niños, las secuelas de la enuresis suelen ser pasividad, retraimiento y tendencia a la auto-desvalorizaciòn. Con el tiempo, esto puede devenir en que el niño enurético se convierta en un adulto dependiente de los demás, sin autonomía o iniciativa y temeroso.

Las secuelas de la enuresis en las niñas

En las niñas, por fortuna las secuelas tienden a ser menos profundas, siendo capaces de manifestar un comportamiento exterior más equilibrado, aunque interiormente padecen igualmente la inseguridad, falta de autoestima y necesidad de reafirmarse en un intento por superar lo anterior.

Las secuelas de la enuresis en los dos sexos

El denominador común para ambos sexos es la ansiedad y la tendencia a la depresión y, bien personalidad introvertida, bien violenta incluso. Por todo lo anterior se comprende la necesidad de diagnosticar la enuresis de forma temprana y no restarle importancia a episodios frecuentes de “cama mojada”, para lograr comenzar cuanto antes el problema. En el caso de la enuresis, una dolencia cuyas causas no siempre pueden definirse perfectamente, a veces la detección temprana es la mejor prevención. Por supuesto, siempre con consejos y certificación médica del problema, no cayendo los padres en el error de convertir la enuresis en un tabú frente al especialista.


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