Glándulas suprarrenales

Son dos pequeñas formaciones de forma triangular que se encuentran colocadas, como su nombre dice, encima de cada riñón. Su misión consiste en sintetizar y segregar a la sangre una serie de hormonas necesarias para la regulación del metabolismo, de los electrolitos y de la respuesta al stress.

Dr. Francisco Javier Salvador Rodriguez Especialista en Endocrinología Director. Departamento de Endocrinología y Nutrición CLINICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA

¿Qué son y cuál es su función?

Son dos pequeñas formaciones de forma triangular que se encuentran colocadas, como su nombre dice, encima de cada riñón. Su misión consiste en sintetizar y segregar a la sangre una serie de hormonas necesarias para la regulación del metabolismo, de los electrolitos y de la respuesta al stress. Constan de dos partes bien diferenciadas que reconocen un origen diferente: corteza y médula. La corteza ocupa la zona más superficial, mientras que la médula suprarrenal se encuentra en la profundidad de la glándula.La corteza suprarrenal posee a su vez tres capas. La capa fasciculada produce cortisol, la capa glomerular sintetiza aldosterona y la capa reticular secreta hormonas sexuales (andrógenos, estrógenos y progesterona). La secreción de cortisol regula el metabolismo de los hidratos de carbono favoreciendo la hiperglucemia. Además contribuye a elevar la tensión arterial. La síntesis de cortisol se encuentra controlada por la secreción de una hormona llamada ACTH que proviene de la glándula hipófisis. La secreción de aldosterona, que estimula la absorción de sodio y la excreción renal de potasio, está modulada por diversos factores entre los que destaca la secreción de una hormona llamada renina que se produce en el riñón.La médula suprarrenal está constituida por tejido nervioso y su función es secretar catecolaminas, de las que la adrenalina es el representante más importante. Las catecolaminas poseen un papel básico en la respuesta del organismo a las situaciones de stress ya que favorecen la hiperglucemia, la aceleración de la frecuencia cardiaca y la elevación de la tensión arterial.

¿Qué enfermedades se pueden originar ahí?

Como en otras glándulas endocrinas, pueden producirse situaciones anormales debido al exceso de secreción o hiperfunción, o derivadas del defecto de producción o hipofunciones. La hiperfunción de la capa fasciculada de la corteza suprarrenal da lugar a un aumento de cortisol. La situación se conoce con el nombre de «síndrome de Cushing». Puede deberse a una hipersecreción autónoma de la corteza suprarrenal debido en la mayoría de casos, a un adenoma y más excepcionalmente, a un carcinoma. Sin embargo, la causa más frecuente del «síndrome de Cushing» es la hipersecreción de ACTH, que en el 85 por ciento de los casos debe su origen a un adenoma hipofisario productor de ACTH. El exceso de ACTH por parte de un tumor carcinoide o pulmonar, o síndrome de secreción de ACTH ectópica, es mucho más infrecuente. El tratamiento crónico con derivados de cortisona o corticoides, como ocurre en pacientes con artritis reumatoide, colagenosis o asma bronquial, produce manifestaciones similares a la del «síndrome de Cushing». La hipersecreción autónoma de aldosterona se llama hiperaldosteronismo primario y se debe en la mayoría de casos a un adenoma único de la capa glomerular, lo que se conoce con el nombre de «síndrome de Conn» No obstante, hay casos de hiperplasia bilateral que implica a ambas glándulas. El carcinoma productor de aldosterona es muy raro.La hiperfunción de la médula suprarrenal se llama feocromocitoma, que es benigno en el 90 por ciento de casos.  La hipofunción más frecuente de la glándula suprarrenal es la insuficiencia de la secreción de cortisol. Cuando se debe a la destrucción de la glándula suprarrenal se llama «enfermedad de Addison», que puede acompañarse de afectación del resto de la glándula. La deficiencia de secreción de cortisol puede estar causada por fallo de la secreción de ACTH hipofisaria, en cuyo caso se le da el nombre de insuficiencia suprarrenal secundaria. Las glándulas suprarrenales pueden ser asiento de tumores benignos (la mayoría adenomas) o malignos, que no producen alteraciones hormonales.

¿Cuáles son los síntomas?

El «síndrome de Cushing» se caracteriza por cara de luna llena, obesidad de distribución central que afecta a cara, cuello y abdomen, atrofia muscular de extremidades, hipertensión arterial, diabetes mellitus, osteoporosis, cólicos nefríticos y fragilidad capilar que produce hematomas frecuentes. Cuando la causa es un adenoma hipofisario, éste puede dar lugar adicionalmente a dolor de cabeza y alteraciones de la visión si existe compresión del quiasma óptico.El hiperaldosteronismo primario origina hipertensión arterial y disminución del nivel de potasio en la sangre o hipopotasemia, lo que da lugar a cansancio, arritmimas cardíacas, calambres musculares y hormigueos.El feocromocitoma genera hipertensión arterial importante, que en muchos casos aparece en crisis acompañadas de dolor de cabeza, temblor, frialdad de manos y pies, sudoración, dolor abdominal y torácico. La intensidad puede ser de tanta magnitud que puede complicarse con infarto de miocardio o hemorragia cerebral.La insuficiencia suprarrenal produce cansancio intenso, mareo, hipotensión arterial, especialmente al levantarse bruscamente, y coloración oscura de los pliegues de la piel y de la mucosa bucal cuando se debe a «enfermedad de Addison».Los tumores suprarrenales no funcionantes (que no producen hormonas) pueden cursar sin síntomas, o dar lugar a molestias abdominales por efecto compresivo.

¿Cómo se diagnostican?

El diagnóstico de función se realiza mediante determinaciones analíticas en sangre y orina.En el «síndrome de Cushing»,es típica la falta de ritmo circadiano del cortisol en sangre y la elevación del cortisol urinario. La filiación del origen se lleva a cabo mediante la determinación de ACTH, supresión de cortisol con dexametasona y prueba de CRH.En el hiperaldosteronismo se evalúa el nivel de renina (suprimida en hiperaldosteronismo primario) y de aldosterona en sangre en condiciones basales y tras estímulo con deambulación o administración de diuréticos. También se mide la aldosterona en orina de 24 horas, que debe encontrarse elevada.El feocromocitoma cursa con aumento de catecolaminas en sangre y orina, así como elevación de metanefrinas y ácido vanilmandélico (metabolitos de catecolaminas) en orina. Puede ser necesario realizar una prueba de supresión de catecolaminas en sangre con clonidina. La insuficiencia suprarrenal primaria se diagnostica al confirmar un nivel reducido de cortisol entre las ocho y las diez de la mañana, que se acompaña de elevación de ACTH y de falta de respuesta a la inyección intravenosa de ACTH exógena. Una vez realizado el diagnóstico de función, es necesario llevar a cabo un estudio morfológico. La tomografía axial computerizada es muy útil para visualizar las glándulas suprarrenales en la búsqueda de alteraciones en el tamaño o nódulos, como ocurre en adenomas o carcinomas.Cuando hay dudas de localización en casos de hiperaldosteronismo, puede ser necesario realizar un cateterismoselectivo de venas suprarrenales con toma de muestras.En casos de «síndrome de Cushing» con ACTH elevada, debe realizarse una resonancia magnética hipofisaria para localizar el adenoma productor de ACTH. Si no se visualiza, puede ser preciso llevar a cabo un cateterismo de senos petrosos inferiores para confirmar que el origen de la secreción aumentada de ACTH se encuentra en la hipófisis.

¿Cuál es el tratamiento?

Cuando existe hipersecreción hormonal es preciso antagonizar sus efectos como primera medida terapéutica.En el caso del «síndrome de Cushing», se emplea ketoconazol, que es un fármaco antifúngico (utilizado para tratar infecciones por hongos) que reduce la síntesis de cortisol en la capa fasciculada.En el hiperaldosteronismo primario se administra espironolactona, que bloquea la acción de la aldosterona, con lo que revierte los efectos debidos a su hipersecreción.En el feocromocitoma deben utilizarse medicamentos con efecto bloqueante de los receptores de las catecolaminas, sobre todo los que antagonizan los receptores alfa como fenoxibenzamina, prazosin o doxazosina. En una segunda fase se emplean los bloquenates de receptores beta como propanolol. Tras varios días de tratamiento medicamentoso y una vez la situación se encuentre controlada clínicamente, puede procederse al tratamiento definitivo.En los casos de adenoma o carcinoma, debe llevarse a cabo la intervención quirúrgica, que hoy en día es posible realizarla por vía laparoscópica. Si el «síndrome de Cushing» se debe a adenoma hipofisario productor de ACTH, ha de procederse a la extirpación del mismo, generalmente por vía transesfenoidal (a través del hueso esfenoides, en la base del cráneo), si su tamaño así lo permite. El tratamiento de la «enfermedad de Addison» consiste en la reposición de la deficiencia de cortisol mediante hidrocortisonapor vía oral. En casos con deficiencia de aldosterona, debe administrarse adicionalmente fluorhidrocortisona. Los pacientes con «síndrome de Cushing» debido a tratamiento crónico con corticoides deben reducir progresivamente la dosis de los mismos si su condición clínica lo permite. En estos casos y en las personas con «enfermedad de Addison», debe contemplarse la necesidad de administrar dosis suplementarias de corticoides cuando existen procesos intercurrentes (intervenciones quirúrgicas, infecciones).

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