Embarazada e hipertensa: el riesgo de medicarse

La hipertensión en el embarazo y la automedicación

Todas las mujeres en edad fértil deberían considerar la advertencia: una mujer tratada con IECAs (siglas de “inhibidores de la enzima conversora de angiotensina”) que se queda embarazada sin proponérselo estará poniendo en serio peligro al feto. Aunque los prospectos de los citados fármacos advertían del riesgo de malformaciones si se utilizan en el segundo y el tercer trimestre de embarazo, no indicaban riesgos en el primer trimestre, porque se creía que eran seguros en ese periodo. Por tanto, todas las mujeres embarazadas e hipertensas deben considerar el riesgo de medicarse.

La seguridad de los medicamentos en el embarazo

Hipertensión en el embarazo

Los nuevos estudios son la punta del iceberg de un problema grave: la ignorancia acerca de la seguridad de los medicamentos en el embarazo. “Los fármacos se testan en hembras de animales de laboratorio preñadas antes de su comercialización, pero los resultados no siempre son extrapolables a las mujeres”, explican los expertos. “La realidad es que las embarazadas no suelen formar parte de las investigaciones previas a la comercialización de los fármacos”, añaden. “¡Sería poco ético pedirles que tomaran medicamentos para ver si éstos producen defectos de nacimiento en el bebé!” El problema es muy serio, porque las mujeres tienen los hijos cada vez con más años y cuanto más alta la edad de la mujer, más probabilidades tiene de haber desarrollado enfermedades crónicas como la hipertensión y de estar medicándose de forma regular.

Con decenas de millones de recetas al año, los IECA son de los fármacos más utilizados en el tratamiento de la hipertensión en Occidente. Muchas de esas recetas se extienden a mujeres en edad fértil (en los últimos años, el consumo en este grupo se ha duplicado). “Eso supone muchísimas exposiciones de riesgo al fármacos”, señala el Dr. William Cooper, de la Universidad de Vanderbilt, y uno de los autores del estudio. “Cuantas más exposiciones, más probabilidades de que los tomen embarazadas en el primer trimestre y de engendrar niños con malformaciones”. De momento, los expertos aconsejan a las embarazadas que han tomando IECAs durante el primer trimestre del embarazo “que se sometan a escáneres y ecocardiogramas fetales a las 18 semanas de gestación”.

Los ginecólogos citan otros fármacos para la hipertensión que no parecen provocar defectos de nacimiento (los ocho más citados son clorotiazida, clortalidona, hidroclorotiazida, atenolol, acebutolol, pindolol, nifepidina y reserpina). ¿Son totalmente seguros? La respuesta no es rotunda, porque los datos sobre su seguridad en embarazadas no son concluyentes y de hecho podrían tener efectos secundarios en las madres. Muchos obstetras se debaten acerca de la seguridad de otro fármaco: Aldomet, que se lleva empleando desde hace mucho tiempo en embarazadas y no ha sido asociado a malformaciones ni otros problemas en el embarazo. Pero incluso con este fármaco los estudios son escasos; además, no parece muy eficaz en mujeres con hipertensión grave (más de 180/110 mmHg).

Por suerte, la tensión arterial desciende de forma natural durante parte del embarazo. En muchas mujeres, el simple hecho de dejar de tomar la píldora anticonceptiva para quedar embarazadas ya reduce la tensión arterial. Aunque la valoración final y el tratamiento de cada caso es responsabilidad del médico, interesa saber que ciertos cambios en el estilo de vida bastan a menudo para reducir la tensión arterial a valores normales.

Recomendaciones para la hipertensión en el embarazo

· Hacer ejercicio moderado un mínimo de 4 veces por semana (por ejemplo, montar en bicicleta, caminar o bailar de media a una hora a paso moderado/ligero). Los expertos lo dicen sin ambajes: la actividad física es seguramente la terapia “natural” más eficaz para controlar la tensión arterial.
· Controlar el estrés con métodos de relajación que incluyan respiración controlada y ejercicio físico suave como el yoga o el tai chi. Practicadas a diario, estas actividades consiguen reducir significativamente la tensión arterial, los niveles de cortisol (hormona del estrés) y la ansiedad. Otro estudio indica que la respiración lenta (sesiones diarias de 15 minutos) reduce la tensión arterial en hipertensos.
· Seguir una dieta rica en potasio (en la mayoría de las frutas y verduras, en especial plátanos, espinacas, melón cantaloupe, cítricos .....). El potasio actúa como diurético y ayuda a eliminar el exceso de sodio (sal).
· Tomar alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 (en sardinas, anchoas, caballa...), magnesio (en legumbres, cereales integrales, cacao, higos secos, frutos secos...) y calcio (en yogures y quesos desnatados, tofu, verduras de hoja verde). Todos esos nutrientes han demostrado ser eficaces a la hora de controlar la tensión.
· Limitar la sal a 2,4 gr al día.
· No tomar alcohol ni otro tipo de drogas y no fumar.
· Tomar suplementos de Coenzima Q-10. Varios estudios indican su eficacia en el control de la hipertensión (aunque el consumo de este suplemento parece seguro, las embarazadas deben consultar al médico antes de tomar cualquier planta medicinal o suplemento dietético).

Cómo reducir la tensión sistólica en el embarazo

Perder peso. Un índice de masa corporal (IMC) normal, de entre 18.5 - 24.9 reduce entre 5 - 20 puntos por cada 10 kilos perdidos

Dieta. Alimentación con frutas, verduras, lácteos descremados, carnes magras, pescados, frutos secos, legumbres, cereales y harinas integrales. Evitar grasas saturadas y trans reduce entre 8 -14 puntos

Reducir sal. Limitar la sal a 2,4 gr al día reduce entre 2 - 8 puntos

Ejercicio. 30 minutos of actividad física al menos 4 días por semana reduce entre 4 - 9 puntos.

Reducir alcohol. No más de una bebida al día reduce entre 2 - 4 puntos

Dos clases de hipertensión durante el embarazo

Un 5% de las mujeres tienen hipertensión antes del embarazo: es la hipertensión crónica; la misma que afecta a tanta gente (en general, a personas con exceso de peso y vida sedentaria).
Entre un 5% y un 10% de mujeres desarrollan hipertensión durante el embarazo: es la hipertensión gestacional. Aunque a menudo desaparece después del parto, puede aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión en el futuro.

Tanto la hipertensión crónica como la gestacional pueden conducir a la preeclampsia, que incluye aumento de la tensión arterial y la presencia de proteína en la orina (señal de problemas renales). Otros signos de preeclampsia son hinchazón facial, brusco aumento de peso, dolores de cabeza persistentes, visión borrosa, mareos, dolor abdominal...

La preeclampsia puede progresar rápidamente a eclampsia, situación grave que incluso pueden entrañar riesgo para la vida. Las mujeres con signos de preeclampsia deben ser seguidas muy de cerca por el médico. A veces, se recomienda reposo en cama e incluso hospitalización. Si el médico lo estima conveniente, puede ser aconsejable provocar el parto o realizar una cesárea.

Marisol Guisasola.Periodista especializada en Salud.

Herramientas de Embarazo

Artículos relacionados

Comentarios

¡Sé el primero en comentar!