¿Por qué mi hijo rechaza los mimos?

Qué hacer cuando nuestros hijos ya no quieren mimos

Toda persona necesita el afecto de los demás. Pero para sentirse querido no siempre es necesario el contacto físico real, cualquier gesto que implique reconocimiento puede tener el mismo valor que las caricias.

cuando el niño rechaza los mimos

Cuando son bebés

Nada más nacer, el bebé tiene hambre de caricias. Los abrazos y los mimos le proporcionan seguridad y amor. Su piel es el nexo con el mundo y con los otros necesita el contacto físico para crecer y desarrollarse emocionalmente. Hay muchas ocasiones para las caricias: la lactancia, el baño, el cambio de pañales… y siempre son bien recibidas.

Otra fase evolutiva

A medida que crece, no siempre recibe con agrado abrazos y los mimos. ¡Ya no es un bebé! Comienza a ser autónomo, y a su manera, muestra que ya no necesita la protección continua del adulto y que quiere romper en parte el estrecho vínculo afectivo. Seguramente, buscará besos y abrazos en muchas ocasiones –porque el contacto físico será siempre una necesidad-, pero le gusta decidir cuándo, de quién y de qué manera.

Respetar el deseo del niño

Cuando el niño aparta la cabeza, se retira o llora, hay que tener en cuenta sus protestas. Su rechazo tiene un significado. Algunas veces refleja un malestar emocional. Pueden no querer nuestros abrazos si están enfadados o desilusionados, pueden avergonzarse de nuestros achuchones si están con sus amigos o le pueden parecer demasiado efusivos los besos del abuelo o demasiado falsas las carantoñas de la vecina. Pero generalmente, suelen tener una parte positiva. Indican que se siente independiente y no debemos invadirlo con nuestro contacto físico.

Otras expresiones de afecto

Pero no nos confundamos, que no quiera cucamonas no significa que no necesiten nuestro amor. La necesidad de contacto físico se transforma en necesidad de reconocimiento. Una sonrisa, un elogio, un tiempo compartido, un “te quiero”, “qué bien lo haces” ó “te he echado de menos” reemplazan a algunas caricias físicas.

Cómo actuar

Hay que ser comprensivos con sus cambios de actitud. Abracémosle cuando el niño esté preparado para recibir los mimos y respetemos cuando no. Y en el caso que nos rechace, no respondamos con chantaje emocional del tipo “si no me das un beso ahora, luego no me lo pidas”, “así que ya no me quieres”. Ellos tienen que saber que le queremos siempre, pase lo que pase. No les demos amor a cambio de obediencia.


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Comentarios (1)

22 jun 2017 01:10 Jasy

Gracias por el articulo...
Realmente me pasa lo mismo con mi hijo de 3 años ☺